Con una auténtica lluvia de tejas fueron recibidas las patrullas de la Guardia Civil que acudieron la tarde del 6 de octubre de 2018 a Villafuertes para detener a un sospechoso de un delito de violencia machista. David A.S. se atrincheró en la buhardilla de la casa de un amigo, huyó después por los tejados y fue reducido tras lesionar a 3 de los agentes. Ahora ha sido condenado a 15 meses de prisión por un delito de resistencia y tres de lesiones, así como a pagar una multa de 1.080 euros por otro de daños, y las costas procesales.
La sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 3 de Burgos le aplica la atenuante de alteración psíquica al primero de los delitos y la de reparación del daño para el resto, puesto que los perjudicados han sido indemnizados y compensados los daños. Fueron representados por el abogado Pablo Antolín, de la AsociaciónUnificada de Guardias Civiles (AUGC).
Muebles, maletas, cristales, sillas y cualquier objeto que encontrase a mano... Así trató de evitar su detención el sospechoso, una vez que el dueño de la vivienda en la que se había refugiado permitiera acceder a las patrullas. Después de esperar 30 minutos a que depusiese su actitud, uno de los guardias vació el extintor del coche oficial por la estrecha escalera que daba acceso a la buhardilla, para intentar que saliese. En vez de bajar, huyó por la claraboya y saltó al dormitorio de los vecinos. Los guardias salieron tras él pero se encaramó a la cubierta de la casa y empezó a lanzar tejas.
Como amenazaba con saltar al vacío, trataron de hablar con él para calmarle y que se entregase pero no hubo manera. Optaron por actuar para reducirle y lo consiguieron, aunque uno de los guardias se jugó literalmente la vida al ser empujado por el lateral del tejado y tener que agarrase al acusado para no caer al vacío, tras recibir varias patadas en los genitales y las piernas.
Con ayuda de un compañero le esposaron las manos y le bajaron por fin hasta el coche patrulla, donde la emprendió a patadas con la carrocería, por lo que tuvieron que engrilletarle también los pies. Como no podía mover nada más, a cabezazos empezó a desmontar una de las puertas traseras. Visto el estado emocional «descontrolado y extremadamente agresivo» del sujeto, la Benemérita optó por llamar a una ambulancia para el traslado y esperar su llegada fuera del coche.
Dos de los actuantes tuvieron que acudir a rehabilitación por las lesiones y tardaron 25 días en curar y un tercero necesitó 10 jornadas, además de llevarse como recuerdo una 'cicatriz' en el antebrazo izquierdo.
Los daños en el coche patrulla fueron valorados en 1.475,15 euros.
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