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"La madera laminada fue nuestro material de elección, tanto por sus propiedades flexibles así como por la sensación natural", dicen los arquitectos.Foto: Bicubik

Alejada de la ciudad y construida en madera, Selva Alegre es un proyecto de Leppanen Anker, que ha buscado  integrarse en el entorno montañoso circundante, las montañas de los Andes, en Ecuador. El diseño de la vivienda se asemeja a la distribución típica de una hacienda que domina los paisajes de Colombia hasta Perú, pero se le ha dado un giro moderno. Además,de la ubicación en el paisaje andino, sus artífices destacan un dramático juego de luces y sombras que abruman. Los espacios interiores están llenos de color y no faltan las piezas artesanales ornamentadas creadas por las comunidades indígenas locales que se transmiten de generación en generación.

El estudio de arquitectura buscó volver a las raíces de la hacienda, tanto en la forma como en el material. "Buscamos recuperar el uso de la madera, la piedra y el barro pero con una mentalidad contemporánea. Este enfoque también permitió el regreso de la línea del techo de la estructura de madera. Sentimos que esta era la oportunidad de modernizar la hacienda desde una perspectiva formal", cuentan.

Para el exterior se ha usado piedra local blanca y beige y vidrio laminado y en la cubierta del techo, tejas de barro de fabricación local.  "En el diseño utilizamos el efecto chimenea que permite el flujo de aire natural en toda la casa. También nos interesaba reducir el uso  de hormigón y cemento que ha sido perjudicial para el clima, específicamente en lo que respecta a las emisiones de CO2 y pudimos hacerlo gracias al uso de la madera", dicen los arquitectos, cuya intención original era usar madera local, "pero la falta de una industria forestal sostenible en la región generó búsquedas alternativas. Esto nos llevó al norte de Europa, donde los sistemas de madera prefabricada fueron la respuesta". 

Dentro de la casa, los esfuerzos se volcaron en que ésta tuviera vistas de 360 ​​grados "para poder experimentar la relación dinámica entre el sol y las montañas en toda la casa", apuntan los arquitectos que usaron vigas de madera laminada "complementaria a las montañas que la rodean".

La casa principal tiene aproximadamente 450 metros cuadrados en forma de hexágono y las alturas oscilan entre 3,5 y 6,5 metros de altura. Para el techo interior se ha usado abeto europeo machihembrado. En los dormitorios el suelo se ha cubierto de madera de eucalipto y en el resto de la casa es de micropiedra blanca y taracea de eucalipto. Recorriendo el salón hay una piscina hecha en mármol local.

Para proyectar la casa se partió de un diseño paramétrico que permitió crear un sistema estructural eficiente y resistente. Cada pieza forma parte de un rompecabezas que encajó perfectamente al momento de su ensamblaje. "Las vigas laminadas y curvas se repiten con un mismo radio y eso permite generar los distintos pliegues de la cubierta. Para el recubrimiento de la casa se usaron técnicas y materiales locales como la piedra, el tejuelo", explican desde el estudio de arquitectura. 

En la cocina de esta casa ecuatoriana, pensada para reunir a la familia y a los amigos, se ha usado un patrón geométrico en las piezas de mobiliario que hace sintonía con la cubiert.

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